Es cierto que el 9 de diciembre es una fecha que los hinchas de River festejarán hasta la eternidad porque se trató del triunfo más glorioso de todos los tiempos en el club de Núñez, pero es muy probable que en la celebración de este lunes por el sexto aniversario del 3-1 contra Boca en la final de la Copa Libertadores 2018 los fanas se miren a los ojos y sientan que ese momento que marcó sus vidas para siempre ya está quedando muy lejano. Y que llegó la hora de recuperar esa grandeza. De hecho, así como Marcelo Gallardo expresó claramente el “ya está, no hay nada más que esto” en plena la emoción en el campo de juego del Bernabéu aquel inolvidable día, después del empate frente a San Lorenzo el Muñeco fue contundente: “Para mí Madrid ya pasó”.
El entrenador de River dejó un mensaje muy evidente enfocado en 2025 que seguramente no es ignorado por los hinchas, sobre todo porque la herida de haber perdido la oportunidad de jugar la final de la Libertadores este año en el Monumental sigue abierta y genera dolor e impotencia, sensaciones que Gallardo pretende transformar en ambición de revancha en la próxima Copa y en el Mundial de Clubes. “Tengo ganas de construir nuevamente, con esa vara muy alta”.
Claro, el Muñeco regresó al club para encarar su segundo ciclo como entrenador del equipo con esa autoexigencia y la ilusión -y convicción- de que tenía todo servido para revalidar su gloria levantando otra Copa nada menos que en casa, aunque tanto el entrenador como los jugadores no estuvieron a la altura de esa enorme expectativa y el cierre de 2024 transmite más incertidumbre que entusiamos para lo que viene.
Gallardo lo sabe, tiene muy claro que debe “resetear” al plantel, mentalizar a los jugadores y prepaparlos física y futbolísticamente en la pretemporada de veranbo para que el equipo vuelva a ser el River de Napoleón que conquistó América dos veces y se convirtió en un cuco para todos los equipos del continente. El deté necesita contagiar al grupo, inyectarle una voracidad competitiva similar a la que distinguieron a sus campeones del ciclo anterior y que la gente empatice con él en que un gigante como el CARP no se puede enredar en los laureles de la gloria sino que su historia demanda seguir escribiendo capítulos de semejante magnitud.
El abrazo de Gallardo y Armani en el Bernabéu. El capitán es uno de los héroes de Madrid vigentes. (Foto Diego Haliasz / Prensa River).09/12/19
Gallardo festeja con Armani
Porque los triunfos épicos de La Máquina recuperan vida en cada vuelta olímpica. Porque el recuerdo de los campeones del 75 alimentan a cada jugador que se pone la Banda. Porque el River del 86 se hace más grande con cada Libertadores que se suma a las vitrinas del Monumental. Porque el equipo de Ramón aún sirve de inspiración para todos los futbolistas que pisan el césped del Liberti. Pero la grandeza del club de Núñez nunca se detuvo en sus logros. Y es lo que Gallardo no se puede permitir, porque él también revalidar su gloria como entrenador con un renovado plantel y con jugadores que representen la identidad de la institución como lo hizo, lo hace y lo quiere seguir haciendo el Pity Martínez, uno de los héroes más representativos de Madrid que se sumó al mensaje del Muñeco al mencionar que “hay que seguir ganando cosas importantes porque así lo exige esta camniseta”.
Los goles en Madrid, a seis años de la gloria eterna
River Plate –
El triunfo 3-1 de River a Boca en Madrid que le dio su cuarta Libertadores
Los goles de aquella noche inolvidable en la capital española.
