Racing y la picardía de sus alcanzapelotas: una fórmula que es marca registrada

Racing lo volvió a hacer. Si en 2024 un alcanzapelotas de la Octava División fue clave para vencer a Corinthians en la Sudamericana, ahora otro pibe de las inferiores, Lucas Álvarez, hizo su aporte desde afuera de la cancha para que la Academia se impusiera 1-0 a Boca en el clásico jugado en el Cilindro. Esta vez, el juvenil de la Séptima le dio continuidad a una jugada que terminó con el gol de Luciano Vietto.

Lo curioso es que la historia de Álvarez y Martín Santoro, el chico que el año pasado también protagonizó una jugada similar, tiene más coincidencias de las que parecen. Ambos compartieron equipo en inferiores, entrenan juntos en el Predio Tita Mattiussi y ahora los une un legado que parece cada vez más un sello del Racing de Gustavo Costas.

El gol y la jugada que nació afuera de la cancha

Minuto 15 del primer tiempo. Boca presionaba, volcado al ataque, y Racing no lograba salir del asedio. En una de esas corridas, Gastón Martirena cortó un contragolpe de Marcelo Saracchi y despejó la pelota al lateral. Todo parecía indicar que los de Fernando Gago tendrían tiempo para reacomodarse y evitar un nuevo avance. Pero no fue así.

El alcanzapelotas de turno, Lucas Álvarez, no perdió un segundo. Apenas escuchó el grito de Martirena, le devolvió la pelota al lateral derecho, que jugó rápido el saque desde la banda. Sí, se adelantó varios metros del lugar original, pero nadie lo advirtió. Con Boca desordenado, Santiago Solari recibió el balón en soledad por la izquierda, dejó atrás a Carlos Palacios y, entrando al área, asistió a Luciano Vietto, que definió con precisión.

El Cilindro explotó en festejos mientras Martirena, en lugar de unirse a la celebración con sus compañeros, volvía sobre sus pasos para agradecer a Álvarez. Un choque de palmas selló el entendimiento entre dos jugadores que, desde adentro y afuera, destrabaron el clásico.

El reclamo de Gago y la polémica del lateral

Mientras Costas y sus dirigidos festejaban el 1-0, del lado de Boca la situación era bien distinta. Fernando Gago, enfurecido, no entendía cómo Yael Falcón Pérez y el VAR no habían advertido que Martirena ejecutó el lateral varios metros más adelante de donde la pelota había salido.

“Es una locura que no revisen algo tan claro. El lateral lo sacaron casi diez metros más adelante, ¿para qué está el VAR si no se usa en estas situaciones?”, protestó el deté del Xeneize en declaraciones recogidas por TyC Sports. Sin embargo, ni los árbitros en el campo ni en la cabina tecnológica consideraron necesaria una revisión.

Lucas Álvarez: el héroe inesperado

Lucas Álvarez tiene 15 años y es mediocampista por la derecha en la Séptima División de Racing. Nacido y criado en Avellaneda, es uno de los tantos pibes que entrenan día a día en el Predio Tita Mattiussi con el sueño de llegar a Primera. Según cuentan desde el club, siempre se destacó por su rapidez mental y su capacidad para leer el juego.

“Es un chico muy inteligente. Siempre está metido en el partido, incluso cuando no le toca jugar. Lo demostró con esta jugada, en la que estuvo rápido de reflejos y ayudó a generar el gol”, comentaron desde el cuerpo técnico de las inferiores.

Álvarez, que llegó a Racing con apenas cinco años, ya tuvo oportunidades de entrenar con la Primera en varias ocasiones. Aunque sabe que todavía le queda mucho camino por recorrer, este momento seguramente quedará grabado en su memoria como una de esas pequeñas victorias que alimentan el sueño de ser futbolista profesional.

Martín Santoro y la coincidencia que une a los dos héroes

La historia de Lucas Álvarez tiene un curioso paralelo con la de Martín Santoro, el alcanzapelotas que en 2024 fue clave para que Racing venciera a Corinthians en la Sudamericana pasada. En aquella ocasión, Tata, como así lo conocen, enganche de la Octava División, le devolvió rápido la pelota a Gabriel Rojas, quien jugó un lateral que terminó en el gol de Juanfer Quintero. Ese tanto le dio a la Academia el pase a la final del torneo continental, que posteriormente tuvo final feliz con el título en Asunción, Paraguay.

Santoro, que hoy también forma parte de la Séptima, compartió equipo con Álvarez el año pasado. Ambos jugaron juntos en la Octava y, según cuentan en el club, se entendían a la perfección dentro de la cancha. Tata dijo que su sueño para el 2025 es “subir de categoría”, algo que logró porque en la página oficial de Racing figura que ya forma parte del plantel de séptima. Una feliz coincidencia de héroes junto a su compañero Álvarez.

Dos historias, una fórmula

Lo de Racing no parece ser casualidad. En menos de un año, dos goles decisivos tuvieron el aporte de alcanzapelotas surgidos de sus inferiores. Santoro en la Sudamericana 2024 y ahora Álvarez en el clásico contra Boca. Ambos chicos comparten más que un rol clave: comparten el sueño de triunfar con la camiseta celeste y blanca.

Gustavo Costas, tras el partido, dejó en claro que valora estas pequeñas contribuciones como parte del ADN de Racing: “Demuestra sentido de pertenencia, estaba metido en el partido. Es lo que inculcamos todos los días, ser una familia. Nosotros queremos que Racing sea más familia que nunca. Todos nuestros jugadores nos representan. Los tenemos que proteger y darles confianza”, dijo el técnico.

El futuro de Álvarez y Santoro

Mientras Santoro sigue consolidándose como uno de los enganches más prometedores de las inferiores, Álvarez parece estar siguiendo un camino similar. Según confirmaron desde el club, ambos ya forman parte del plantel de la Séptima División para esta temporada y están entrenando con intensidad para dar el salto a Reserva en los próximos años.

Lo que está claro es que tanto Álvarez como Santoro ya dejaron su huella en el club, demostrando que los de afuera no solo juegan, sino que también pueden ser decisivos. En el Cilindro, Racing tiene un plantel completo, dentro y fuera de la cancha.